dissabte, 20 de setembre del 2008

Decisión vergonzosa

Decisión vergonzosa



Por Pedro Zerolo, concejal en el Ayuntamiento de Madrid y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE

La decisión adoptada por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial, con los votos de la mayoría conservadora, de retirar la sanción impuesta a la jueza de Denia, Laura Alabau es vergonzosa.

Se trata de una magistrada, de una funcionaria pública que, tras haber jurado o prometido cumplir y hacer cumplir las leyes, negó el derecho al matrimonio a dos personas del mismo sexo y lanzó tremendas diatribas contra el Gobierno de España y el Fiscal Jefe de Alicante. Todo ello motivó que fuera sancionada con la exigua cantidad de 305 euros por una falta grave, sanción que le ha sido retirada en el último Pleno del CGPJ. Se trata del último acuerdo de un Consejo, cuya mayoría ultraconservadora, ha erosionado la confianza de la ciudadanía en el Gobierno de los jueces, además de haber sido correa de transmisión de la oposición destructiva que ha venido realizando el PP desde la llegada al Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Algo ya intuimos en 2005, cuando el ex Ministro de Justicia, José María Michavila, felicitó públicamente a Alabau por impedir el matrimonio entre dos lesbianas –esto es, por incumplir la Ley-, y afirmó sentirse “ilusionado” tras conocer a una magistrada que “cree en la Constitución, la democracia y el Estado de Derecho”. Es lamentable que una mayoría conservadora, que no representaba a la mayoría política existente y estaba “en funciones”, aproveche la última sesión de su polémico mandato para hacer otra demostración más de corporativismo.

La derecha siempre igual, tratando de desacreditar determinados órganos de gobierno para generar desafección en la ciudadanía hacia determinadas instituciones y, por extensión, hacia la política. Mientras, la Fiscalía General del Estado planteará recurso ante el Tribunal Supremo, como antes hiciera con la increíble decisión que se tomó con el juez Tirado. Espero, por el bien de la democracia y la credibilidad de nuestro sistema judicial, que el Supremo ponga cordura en lo que ha sido la crónica de unas decisiones que nos debieran avergonzar e inquietar a todos.