Guerra soterrada en el PP

Que el resultado electoral obtenido por el PP el 9M08 ha superado el de las elecciones de 14M03 es evidente. Que tendrá que estar, nuevamente, cuatro años en la oposición, también. Y no de cualquier forma.

La crisis se cuece en el aparato del partido y los más espabilados han empezado a abandonar la primera línea. Com dijera Napoleón una retirada a tiempo es una victoria.

Pero andan revueltas las aguas del partido perdedor. Cada uno se despacha con las declaraciones más o menos oportunas procurando auténticas puyas que se reparten entre los marianistas, los aznaristas y otros "istas".

He recogido algunas perlas que denotan el alcance de la tragedia que se esta consumando en Génova y aledaños y, que de paso, finiquita en provincias algunos dirigentes.

Manuel Pizarro ha sido el fichaje estrella de Mariano Rajoy para las pasadas elecciones generales y ha acabado siendo en gran buff. No ha estado al nivel que se le suponía no ya con el debate ante Solves sino en el resto de facetas. Por eso ha tenido mucha repercusió un comentario hiriente de Pizarro: “En el PP, nadie da órdenes, pero nadie las cumple” que deja entreveer que su paso de la empresa privada a la política le ha aportado, como le prometieron, nuevas experiencias. La frase y el contenido del artículo es muy crítico y tal y como describe el diario electrónico El Confidencial, muy demoledor.

Otra buena puya semanal la encontramos en las declaraciones de la diputada Montserrat Nebrera, gran fichaje político del PP para las elecciones a la Generalitat de Catalunya que llegó de la mano del extinto Piqué. Pues bien, en unas declaraciones recogidas por el diario La Razón, Nebrera tacha a Aznar de «jarrón chino» y pide renovar el PP de arriba a abajo. Ahí es nada: Jarrón Chino, y seguramente no será original sino una copia y barata.

Y para acabar con la lista de puyas, otra de otro elemento nada sospechoso para la derecha como tampoco son los anteriores: Manuel Martin Ferrand, el flagelador del PSOE. El susodicho, cada vez más próximo a las tesis de la derecha-derecha (antes era sólo de la derecha) se despacha a gusto en un artículo de opinión publicado en el diario electrónico La Estrella Digital con el título La cólera de Aguirre y la soledad de Rajoy, en el que además de seguir con la crítica a la gestión de Zapatero (nada nuevo), desgrana la realidad popular con una insídia e inquina que no he observado ni en la prensa de izquierdas y que por su profundidad extraigo una parte:

En el ámbito del PP, aparte del valor ascendente de Francisco Camps y de algunos otros barones regionales, llama la atención el “arrepentimiento” de Alberto Ruiz Gallardón que ha decidido continuar en su puesto. También la cólera, no siempre oculta, de la gran perdedora en la absurda carrera de insidias con pretensión de relevo que debilitó al PP en los últimos meses, Esperanza Aguirre.

Aunque la presidenta de la Comunidad de Madrid tenga fama de buena tiradora, en esta ocasión todos los tiros que ha disparado le han salido por la culata. Debe tener el hombro hecho polvo de tanto impacto. Trató de impedir la posibilidad de que Gallardón optara a la sucesión de Rajoy y se puso en evidencia. Hizo algo que nunca, ni con el tiempo, se llega a perdonar en un grupo cerrado, como es un partido político. Pronuncio el fatídico, y muy hispano, “o ese o yo” y eso no lo aguanta ni Mariano Rajoy. Aguirre está como una pantera y, siempre rodeada de malas compañías, con el coro de la COPE y El Mundo inspirándole la melodía, terminará desafinando más de lo que viene haciendo. Será una lástima porque tanto Gallardón como ella son dos valores políticos de incuestionables condiciones. Huir de los amigos es más difícil que hacerlo de los enemigos. Y más comprometido.